El marketing digital político, una práctica relativamente nueva; hoy en día se enfrenta a su mayor prueba. Una prueba en donde en ningún otro proceso electoral se le había depositado la totalidad de su confianza, la mayoría de su maquinaria de inversión y sobre todo el escrutinio como nunca de medir su efectividad y permanencia en los años venideros.

En el marketing digital hay una premisa fundamental que siempre se les explica a los clientes (o al menos las agencias profesionales lo hacemos). “Nuestros servicios no van a elevar tus ventas de la noche a la mañana, dependemos de tu producto o servicio, ¿Qué tan bueno es?¿Cuál es su diferencial, versus la competencia?.” En pocas palabras, si tu producto es lo suficientemente bueno, en conjunto con una buena estrategia digital, amplificará tu mensaje y por ende elevará tus ventas.

Pero ¿por qué me desvíe un poco del tema? porque aquí creo ( y este es mi muy particular punto de vista) que en el marketing político necesariamente no dependemos de un “producto bueno” desafortunadamente, y explico por qué.

Las seres humanos tenemos la sangre caliente, nos gusta el contacto, las vivencias, la cercanía, la empatía y sentirnos identificados. Cuando tratamos como Estrategas Digitales de vender un producto, unas de las técnicas más recurrentes y que mayor impacto tienen es humanizar una marca.

Dependiendo del producto o servicio, humanizar una marca a veces puede ser más difícil que otras ocasiones, pero al final de cuentas el producto o servicio es el que termina hablando por sí mismo, Es decir la forma; fue la que hizo que el cliente llegara al fondo y es acerca de ese fondo que se hace su idea final del producto.

La mercadotecnia política trabaja de primera fuente con humanos. Ya está humanizado perse. Si bien es cierto las propuestas de campaña y quizás el currículum del candidato vendrían siendo el producto, son cosas hasta cierto punto de menor impacto emocional o intangibilidad que un producto que llega a tu casa y tu mismo puedes probar sin que alguien te cuente si funcionó o no.

Hasta cierto punto te vende algo que probarás hasta que lo adquieras, y el cual no podrás devolver, Por lo cual desafortunadamente a veces echa mano de estrategias que podrían ser tomadas como poco éticas, cosas totalmente ficticias o fuera de la realidad; o bien percepciones poco tangibles. Aquí los consumidores se quedan engatusados de la forma y “Adquieren” este “Producto” basado en esta idealización, votando por él, antes de poder llegar al fondo y formar su juicio final.

Yo claramente no soy un analista político, pero juzgue usted mismo si se supone que lo que importa es el producto(las propuestas de campaña y currículum de un candidato) si las Redes Sociales ganan elecciones cuando vemos como personajes mediáticos y tan “particulares” como Donald Trump en Estados Unidos en 2016, Jair Bolsonaro en Brasil  y Andrés Manuel López Obrador en México en 2018, sin olvidar en nuestro Estado en caso del actual Gobernador Jaime Rodriguez Calderon “El Bronco”, los cuales tienen en común haber ganado elecciones con estrategias digitales, comunicación e inversiones en pauta enfocadas hacia redes sociales y plataformas digitales.

Echar un vistazo a las inversiones destinadas en cuestión de publicidad en la pasada elección presidencial de Estados Unidos, nos marca una brújula de cómo están adaptándose y cambiando también los procesos electorales en el mundo a los ecosistemas digitales.

Tan sólo en Facebook e Instagram los candidatos Tump y Biden gastaron poco más de 100 MDD cada uno según el informe de publicidad de Facebook, el cual está al escrutinio público y puedes acceder desde tu plataforma, algo nunca antes visto.

Si a eso le sumamos que el pasado proceso electoral fue el primero que se llevó a cabo mayoritariamente en un ambiente virtual,derivado de las restricciones y un pico máximo en EU de la pandemia, las Redes Sociales y en general las plataformas digitales fungieron una función importantísima dentro de las estrategias de los candidatos.

Si hablamos exclusivamente de nuestro país y la elección a gobernador en el Estado de Nuevo León, siempre las grandes inversiones en campaña se han destinado a las movilizaciones masivas y gastos que conllevan los grandes mítines políticos, donde los estrategas más allá de los resultados que puedan generar con estos eventos perse, seguían posicionándose como referencia de una campaña exitosa y sobre todo creaban influencia y especulaciones sobre quién iba “ganando” la elección.

Hoy este tipo de eventos están cuando menos restringidísimos a Estados que están en semáforo epidemiológico en verde y con un aforo muy reducido, por lo cuál las inversiones en este tipo de eventos han casi, casi desaparecido.

Otros gastos importantes los representa la propaganda en la vía pública y los medios tradicionales (que aunque en cada proceso es menor, sigue figurando).

EL GASTO EN NUEVO LEÓN

Por ejemplo el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García (que la mayoría de las últimas encuestas colocan como puntero) hasta mediados de Abril, había gastado poco más de 12 millones en publicidad en el ecosistema digital,(nota publicada la primera mitad de abril en el diario Excélsior) representando este rubro alrededor del 55% de sus gasto total de campaña, hasta el momento. Por su parte Clara Luz Flores candidata de Morena (que según últimas encuestas se desplomó resultado de una estrategia orquestada y exhibida mayoritariamente en redes sociales) cerca de 12 millones representando poco más del 47% de su gasto de campaña. Adrián de la Garza alrededor de 430 mil pesos con casi un 5% de su gasto total (quién ha gastado más en publicidad en la vía pública y medios tradicionales, pero se espera intensifique su inversión en el ecosistema digital en el mes venidero).

Si bien es cierto los números son fríos pero siempre nos arrojan datos. Sería importante cuestionarnos ¿Actualmente quien está a la cabeza? y ¿A qué conjunto de atributos y estrategias podemos darles este mérito?

Sin duda alguna muchas respuestas se conocerán el próximo 6 de Junio, pero de manera personal, me preocupa muchísimo el saber que todos estos procesos electorales que hemos comentado en este artículo tienen algo en común.

A mi muy particular punto de vista, basado en datos y análisis; el poder  político tan grande que como herramienta las Redes Sociales están captando, es un signo de alarma. El hacer uso de “Influencers” que nada tienen que ver con comunicar una propuesta política sino temas banales, el estar presente con diferentes mensajes que sólo buscan simpatía por otros medios que nada tienen que ver con propuestas y más allá de eso, como votantes; ¿En qué estamos basando nuestras decisiones para votar por uno u otro candidato?

¿En qué son apoyados e impulsados por influencers?

¿En qué realizan trendings en Tik Tok?

¿En qué simpatizamos con ellos por ver sus publicaciones día a día en redes sociales?

¿Las redes sociales ganan elecciones?

Creo que el 6 de Junio por fin tendremos un definitivo y muy buen punto de inflexión para responder esta interrogante. 

¿Qué piensas?…

Si tienes alguna duda envíame un correo a htijerina@masscomunica o déjame un comentario en este blog.